martes, 13 de septiembre de 2011

UN RETORNO MUY CALUROSO- Iª Carrera La Aparecida


 
En las faldas de la Sierra de Orihuela, en la comarca de la Vega Baja del Segura, en Alicante, se encuentra esta pequeña pedanía de tan solo 2.000 habitantes, limítrofe con la provincia de Murcia ya que es el último municipio de la región levantina.

Sobre las 10:00 tiene previsto su salida y llegada esta primera carrera popular, desde la plaza Maestro Antonio Gil Pardo junto a la plaza de la iglesia, teniendo su recaudación un carácter totalmente solidario, ya que sera entregada plenamente a Caritas.

De nuevo en la carretera esta vez a tan solo 30 minutos de mi ciudad. Un corto trayecto en mi vehículo en las primeras horas de esta mañana de domingo me lleva en seguida a esta bonita pedanía, adornada por la Sierra de Orihuela y los campos de la huerta Oriolana de la Vega Baja del Segura. Al llegar tan pronto y aparcar el coche en las proximidades desde donde se va a iniciar la salida de la carrera, me encuentro a los primeros comerciantes del mercadillo popular de los domingos que van montando poco a poco sus paradas exponiendo una amplia variedad de frutas y verduras de esta rica huerta levantina.

Mientras comienzan a llegar los primeros corredores participantes a este evento deportivo, que se aproximan pasivamente, a las proximidades de esta bonita plaza desde donde ya comienza la organización a instalar los medios necesarios con el fin de lograr un éxito deportivo de esta primera carrera.

Cuenta la leyenda que en la época en la que los moros dominaban España y perseguían la religión católica, una familia poseedora de un lienzo con la imagen de Ntra Señora María, temerosa de que se lo quitasen, lo escondió bajo tierra en un bancal donde no había peligro.
Mucho tiempo después, el 13 de Mayo de 1736 un labrador del barrio Los Esparragales, arando sus tierras en un bancal llamado el Olivar Viejo, vio como sus bueyes se negaban a continuar; observando más detenidamente comprobó que entre los hierros del arado se hallaba un lienzo pintado al óleo. El labrador lo recogió sin saber que era, lo lavó en un hoyico de agua que por allí había, y lo dejó secarse en su humilde barraca ( hoy convertida en una frecuentada capilla ), y ya cuando estaba haciéndose de noche se dió cuenta que un resplandor estaba iluminando el lienzo y acercándose a él, vio que mostraba la imagen de la Virgen María con el Niño en brazos y alimentándolo.

Jaime que así se llamaba el labrador, comunicó el hallazgo a su mujer y a los vecinos, que acudieron desde entonces a verla y rezarla con asiduidad. El matrimonio lo puso en conocimiento del obispado de Orihuela, que decidió construir una ermita en el pueblo el Raiguero. La gente del pueblo opinaba que había que hacerse en el centro, y así entre las discusiones se acordó que se montaría el Lienzo de la Virgen en una burra y que la ermita sé levantaría allí donde fuese el animal. Y la burra se encaminó hacia aquel antiguo barrio conocido como los Esparragales, que desde ese momento mudó su nombre por La Aparecida.

Comienzo a ver las mismas caras de siempre, amigos y compañeros de tantas carreras que nos vamos saludando entablando al unísono, una agradable conversación sobre nuestras andanzas en en este mundo de las carreras populares. Poco a poco la plaza se va llenando de los numerosos atletas populares que se han acercado esta maña venidos de diferentes poblaciones limítrofes a participar de esta fiesta deportiva. Una llamada de la organización nos indica por megafonía que la carrera se va ha retrasar 15 minutos de su hora de inicio que tendría que haber sido las 10:00H. Un ligero murmullo se extiende entre todos los corredores concentrados , dejando caer comentarios no muy satisfactorios al respecto, debido a que el retraso de la salida podría ocasionar problemas de calor a todos los participantes como así fue.

Por fin ya estamos todos preparados junto a este arco de salida, impacientes y dispuestos a iniciar esta nueva andadura después de un merecido descanso estival. Suena un estruendo que da inicio a este nuevo reto deportivo que al rededor de unos 400 atletas populares van a iniciar. Una marea de corredores se lanza por estas calles repletas de público animando sin cesar a la serpiente multicolor que va avanzando con entusiasmo en dirección a su objetivo.

El circuito que vamos a recorrer tiene una distancia de 10K 200 Mtrs, con partes de asfalto y tierra compacta, mitad urbano y rural, recorriendo las calles más céntricas de esta bonita pedanía y adentrándonos en la inmensidad de la huerta Oriolana, recorrido por caminos de tierra rodeados de campos de labranza, para volver a esta plaza desde donde iniciamos la salida.

Ya comienzo a notar este gusanillo peleón de la competición que te incita y te anima a seguir hacia adelante en cada prueba. Inicio la carrera a un ritmo pausado en progresión los primeros kilómetros, cruzándome con diferentes compañeros que al unisono nos vamos saludando y dándonos ánimos en el transcurso de todo el recorrido. Después de cruzar un puente que atraviesa la carretera general, nos adentramos por estos caminos polvorientos de la huerta, percibiendo el olor de los campos recientemente labrados y abonados.

Con un calor que derrite los sentidos, paso por el kilómetro cinco de la carrera donde se encuentra el tan deseado avituallamiento, a un ritmo conservador ya que me encuentro en el inicio de la temporada y de lo que se trata es de acumular kilómetros poco a poco y fortalecer y adaptar el cuerpo a este nuevo inicio de la competición. Poco a poco y con el cansancio ya acumulado debido al calor sofocante y a la inactividad deportiva, diviso por fin el puente que me lleva a adentrarme de nuevo a las calles repletas de gente que con sus ánimos nos empujan por fin a la consecución de nuestro objetivo.


!!Una más!!!



Por: A. Martínez “nes”